Este trabajo genera información sobre la supervivencia, las causas de mortalidad, el uso del hábitat y los movimientos dispersivos y migratorios de esta especie
Técnicos del Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas, representantes de la Delegación de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul y agentes de Medio Ambiente trabajan estos días en el anillamiento de alimoches en los nidos de esta especie en la sierra de Santa Eufemia y Los Pedroches. Gracias a estas campañas, todos los alimoches nacidos en Andalucía están identificados individualmente desde el año 2004, una labor que genera gran cantidad de información sobre la supervivencia, las causas de mortalidad, el uso espacio-temporal del hábitat y los movimientos dispersivos y migratorios de la especie. En este periodo han sido anillado más de 300 ejemplares .
El Plan de recuperación y Conservación de Aves Necrófagas de Andalucía incluye a tres especies en peligro de extinción: el quebrantahuesos, el alimoche y el milano real, así como una especie vulnerable, el buitre negro, según el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas. El objetivo del plan es alcanzar un tamaño de población y un estado de conservación para estas especies que permita disminuir la actual categoría de amenaza.
El alimoche es la más pequeña de las cuatro especies de buitres europeos. El peligro para la supervivencia de sus poblaciones radica fundamentalmente en los envenenamientos, primera causa conocida de mortalidad, y en segundo lugar a las muertes producidas por colisiones en parques eólicos.
Entre las actuaciones para la conservación de la especie destacan la realización de censos anuales de territorios de cría, el seguimiento y la vigilancia de la reproducción en los mismos, la alimentación suplementaria en comederos específicos y la coordinación con la Estrategia Andaluza Contra el Veneno, entre otras.
Dentro del programa de actuaciones para la conservación de la especie, cobra relevancia esta campaña de anillamiento de pollos en los nidos. Todos los territorios de cría de alimoches en los que se ha producido una reproducción exitosa son visitados cada año en julio, fecha en la que los pollos aún permanecen en el nido, pero tienen una edad y un tamaño adecuado para poder ser manipulados sin riesgo. Tras acceder a los nidos mediante trabajos verticales, basados en técnicas de escalada, los pollos son anillados, medidos y pesados. Además, se les extrae una muestra de sangre para conocer mejor aún su estado general de salud.